(Tercera parte)
El agua escasea y se contamina. Según la #Conagua, el 70 por ciento de nuestros ríos presentan algún grado de contaminación; y el recurso se agota: en 1975 había 32 acuíferos sobreexplotados y para 2010 sumaban 105 (INEGI Informa); buena parte del agua es extraída por grandes industrias, como las refresqueras, que abaten los mantos. Los suelos están empobreciéndose: el 45.2 por ciento registra algún nivel de degradación (SAGARPA 2002). Según el Observatorio Global de los Bosques (GFW, Global Forest Watch), entre 2000 y 2012, México sufrió una pérdida neta de 1 millón 840,000 hectáreas de bosque, superficie equivalente al estado de Hidalgo (El Economista, 21 de abril de 2015).
Un caso escandaloso de daño ambiental ocurre en Tula-Tepeji, Hidalgo, región considerada en 1995 por la ONU como ¡la más contaminada del mundo! Al respecto, la diputada Paula Olmos reportó en 2011 ante la Cámara de Diputados: “Datos proporcionados por el Consejo Consultivo Ciudadano de Tula, indican que la planta termoeléctrica Francisco Pérez Ríos emite anualmente seis millones 129 mil 92 toneladas de bióxido de carbono, mientras la refinería Miguel Hidalgo despide cada año 3 mil 312 toneladas de bióxido de carbono, 7.2 toneladas de níquel y 134 kilogramos de plomo. Asimismo, se detalla que las petroquímicas emiten cada año al aire de Hidalgo 44 mil 400 toneladas de bióxido de carbono, 455 kilogramos de cianuro, la misma cantidad de níquel y 113 kilos de plomo. Las cementeras que se encuentran en la zona despiden anualmente más de 1 millón 361 mil 854 toneladas de dióxido de carbono y más de 18 de benceno, así como 460 mil kilogramos de plomo y 140 mil kilos de mercurio.
Diversos estudios han comprobado que tan sólo la refinería y la termoeléctrica Francisco Pérez Ríos emiten 33 veces más dióxido de azufre que todo el Valle de México […] La refinería Miguel Hidalgo, de acuerdo con los ambientalistas, es la empresa más contaminante en todo el país.” (Gaceta Parlamentaria Número 3201-VII, 15 de febrero de 2011). Según otras fuentes, entre las diez ciudades más contaminadas de Latinoamérica, las tres primeras son mexicanas: Monterrey, Guadalajara y Ciudad de México (PNUMA, abril de 2015). Como consecuencia, la clase trabajadora paga con epidemias la ganancia acrecida de las empresas. En América Latina, México ocupa el segundo lugar en muertes por contaminación (Clean Air Institute, con datos de la OMS).
Recuerdo cómo en la primaria nos decían que el agua era recurso renovable, que jamás se acabaría y ahora estamos en momentos delicados con este tema.
ResponderEliminarA las empresas les es indiferente el perjuicio que ocasionan al mundo, nosotros tenemos que pagar por el éxito que tienen.
ResponderEliminarTodo debe encuadrar a responsabilidad social...
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