Quiero pensar que hubo un tiempo en la historia de la sociedad humana en que era algo evidente por sí mismo que la actividad económica no tenía, ni podía tener otro propósito, que el de producir los artículos y servicios necesarios para la satisfacción de las necesidades de todos, absolutamente de todos sus miembros, a quienes se reconocía un derecho igual al acceso al bienestar físico y espiritual.
Sin embargo, por absurdo que pueda parecer, con el correr del tiempo y como consecuencia de los cambios que fueron ocurriendo en el modo de producir y distribuir la riqueza social, hemos llegado a una situación en la que muchos piensan, aunque no lo digan o lo digan de modo poco claro, que esto no es así, que el verdadero propósito del trabajo productivo de la sociedad es el de garantizar la existencia y prosperidad de los grandes corporativos, de las gigantescas empresas mundiales y sus propietarios respectivos, y que el resto de la humanidad, al mismo tiempo que ponerse incondicionalmente al servicio de esos monstruos con tentáculos en todo el planeta, debe conformarse con lo indispensable para no morirse de hambre y para poder seguir trabajando sin descanso.
Los partidarios de este punto de vista, que no necesariamente son sólo los dueños de la riqueza mundial sino gente a su servicio, como pueden ser "especialistas", publicistas, columnistas, editorialistas, politólogos, etc., etc., no vacilan en acusar a quienes se atreven a insistir en la necesidad de que la economía vuelva a estar al servicio del hombre.
Claro, las personas deben conformarse con lo indispensable para no morirse de hambre y para poder seguir trabajando sin descanso.
ResponderEliminarComo lo comenté en tu artículo pasado, hay un exceso de apertura y eso nos ha beneficiado en unas cosas pero en otras nos ha perjudicado y tardaremos en retomar un camino demócrata y libre.
ResponderEliminarYo creo que es falta de equidad ya que los que más tienen son los mas beneficiados y como siempre la parte trabajadora es la que está vulnerable.
ResponderEliminar¡Buen artículo!
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